Ciudadanía digital
El DNI (Documento Nacional de Identidad) ya no servirá para el futuro. Lo seguiremos utilizando durante un tiempo como elemento identificador en nuestra actividad legal o administrativa, pero su función singularizadora (quienes somos, cuándo y dónde nacimos, cuál es nuestro domicilio, etc.) será claramente reduccionista y simplificadora en la sociedad digital. Estos datos, con nuestra información personal, ya son hoy seguramente insuficientes y, a veces, una rémora para el futuro inmediato de nuestra identidad moderna.
Deberemos nacer –mejor dicho, renacer- en Internet si queremos tener futuro. De ahí la importancia de los dominios personales (¿ya han registrado y comprado su nombre o el término con el que deseen ser reconocidos en el futuro?), de los nicks (sobrenombres digitales), de los avatares (imágenes gráficas que nos representan) y de nuestros perfilespúblicos en redes sociales. Y también la relevancia de las nuevas “firmas”, como nuestracuenta en Twitter o los desconocidos pero sorprendentes códigos QR personales capaces de encriptar información digital.
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